jueves, 1 de diciembre de 2011

El futuro de la formación en medios

Los programas de estudio de educación para los medios se han ocupado, fundamentalmente, de analizar cada medio en función de sus representaciones, de su tecnología, de los lenguajes que utilizan, de los textos que producen, de las audiencias, de sus productores y propietarios.
Esta disciplina se caracteriza a escala mundial y, en líneas generales, por enfoques que provienen del contexto social, político, económico y pedagógico de la década pasada o de comienzos de los 90.
Los programas de estudio que sigan respondiendo, solamente, a los planteamientos contextuales del pasado, difícilmente constituyan la respuesta pedagógica adecuada para el contexto audiovisual de los futuros adultos. Muchas de nuestras prácticas pedagógicas y comunicativas en nuestro campo parecen contemporáneas o modernas sólo en la superficie.
Atendiendo al contexto internacional y local el futuro de la formación docente debe incluir, al menos, contenidos y propuestas curriculares en torno ha:
A. la globalización
B. el pensamiento único
C. la democracia y la diversidad
D. El exceso de información

A. La globalización
La globalización y la identidad local no son unos contenidos más que se pueden memorizar o incluir en un temario.
La formación para la globalización y la identidad local supone no sólo un cambio de los contenidos de la educación para los medios, sino también un cambio metodológico. Se trata de un aprendizaje DE y PARA EL CONTEXTO. Es un conocimiento que parte de la realidad y que constantemente remite a ella. Exige una aproximación al conocimiento internacional que no deje de lado la cultura nacional como algo folclórico. En este sentido, Eric McLuhan dice que se hace necesario una formación en lo Gloncal, es decir que tenga presente, al mismo tiempo, la dimensión global y la local.
En ese interjuego de globalización e identidad local, es imprescindible ofrecer una serie de instrumentos que permitan conocer aspectos económicos vinculados con la comunicación y cómo la comunicación en manos de unas pocas empresas puede controlar el conocimiento. En palabras de Ignacio Ramonet habría que vincular cómo los nuevos planteamientos económicos actúan en la construcción del pensamiento único a partir de toda la industria de los medios.

B. El pensamiento único
El pensamiento único es “la traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial las del capital internacional”. Los principios que sustentan al pensamiento único son:
- lo económico prima sobre lo político
- el mercado y, especialmente, los mercados financieros que orientan y determinan el movimiento de la economía.
- la competencia y la competitividad
- el libre intercambio sin limites
- la mundialización de la producción y de los flujos financieros
- la división internacional del trabajo
- la desreglamentación, la privatización, la liberalización
- el debilitamiento del Estado en favor del capital
Podemos decir que el pensamiento único es una ideología que empieza a tener características planetarias y que se podría sintetizar en el principio de que el mercado es el que gobierna y el gobierno quien gestiona. Hans Tietmayer dice al respecto: “los gobiernos que no sigan estas consignas, los mercados les sancionarán inmediatamente, puesto que los políticos estarán en lo sucesivo, bajo el control de los mercados financieros, la fuente de autoridad más importante”.
La cuestión que se nos plantea ante esta nueva situación es que si los poderes económicos son quiénes tienen el poder de tomar decisiones, ¿Qué sentido tienen las democracias y el poder político como los entendíamos hasta hoy? ¿Qué papel jugamos nosotros como ciudadanos, como población civil en este juego de interrelaciones? ¿Qué hacen los medios de comunicación en este sentido? ¿Cuáles son las vinculaciones de los medios con el poder económico y qué tipo de relaciones establece con nosotros sus públicos?
Las preguntas que muchas veces nos hemos hecho son ¿Qué hacemos nosotros con los medios? ¿Y qué hacen los medios con nosotros? Pero agreguemos ahora: ¿qué hacen los medios en un contexto de globalización a escala mundial y desde una perspectiva, en primer lugar económica y luego política.
Este modelo que prima lo económico sobre lo político supone la concentración de capitales en pocas y muy poderosas transnacionales .En el área de las telecomunicaciones, una tríada, constituida por los Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, dominan el sector completamente. Este autor precisa que en el proceso de concentración multimedia al que estamos asistiendo en nuestros días se producen fusiones en las que, por ejemplo, empresas japonesas compran grandes productoras de cine estadounidenses. En cuanto a la producción de bienes y servicios de información y comunicación, la tríada controla el 90% del total de programas emitidos en el planeta. Se prevé que, en un futuro cercano, en el sector de la informática y de las telecomunicaciones, no habrá más de siete u ocho empresas a escala mundial.

Como todos sabemos una de las más importantes fuentes de difusión y distribución de la información se da a través de la telefonía. El control de la telefonía y la difusión por ese medio significará el dominio de las comunicaciones.
¿Qué va a ocurrir a nivel local? ¿De qué manera introducir esta problemática en el contexto de la educación para los medios? ¿Cómo se tratarían esos contenidos en México, en España, en Portugal o en el Reino Unido y cómo en Brasil, Argentina o Nueva Zelanda? ¿Se explicitará como contenido en un programa de educación para los medios o pasará a formar parte del currículum oculto?

C. La democracia y la diversidad
El proceso de globalización de la economía (y con ella de la cultura, de los medios...) y el desarrollo del pensamiento hegemónico hacen necesario establecer estrategias divergentes y heterogéneas a nivel mundial. La homogeneización de la información pone en peligro principios democráticos.
¿De qué instrumentos se vale el mercado para la imposición de pautas y formas homogéneas a nivel internacional? La posibilidad de muchos medios de información no garantiza una información divergente y menos aún el desarrollo de estrategias que no refuercen el discurso establecido a través de los grandes medios. La escuela es uno de los pocos lugares donde se puede desarrollar planteamientos democráticos que permitan pensar la comunicación y los medios desde una perspectiva heterogénea. En la medida que cada joven conozca y haga suyo el proceso de comunicación que se desarrolle en el aula podrá comprender en carne propia qué significa silenciar al otro o manipular la participación. En síntesis, tendrá más instrumentos para criticar el modelo imperante y comprender que la comunicación es un asunto que compromete a todos los ciudadanos, no sólo a los propietarios de los medios, a los que tienen posibilidades de emitir mensajes.
Por ejemplo, en el Brasil el control de la información está en manos de dos o tres grandes empresas y las más grandes están en connivencia con el poder político. En cada país toma una modalidad, pero todas ellas tienen algo en común: el fortalecimiento y desarrollo del pensamiento único. En muchos casos, con el fin de controlar el mercado las empresas de comunicación local se asocian o han sido adquiridas por multinacionales, que a su vez pueden tener alguna vinculación con las compañías telefónicas.
¿Este nuevo modelo no pretende la temida ex sovietización del mundo pero con un signo ideológico totalmente opuesto? ¿Estas no son acaso las profecías que hiciera Orwell pero ahora, llevadas a la práctica, en un contexto hipercapitalista?
Ante algunos de estos interrogantes ¿qué papel nos cabe a los educadores, seguir siendo los agentes del sistema o, en la medida de nuestras posibilidades, proponer estrategias para la heterogeneidad y la autonomía?

D. El exceso de información
Las autopistas de la información siguen expandiéndose así como los multimedia y las nuevas tecnologías. ¿Qué ocurrirá con las posibilidades de apropiación crítica de esa gran producción informativa?
La apropiación crítica supone contar con una formación que permita analizar, sintetizar y jerarquizar. Puede llegar a ocurrir que el exceso de información deje a buena parte de la población en una actitud pasiva. Es decir, no saber qué hacer con toda ella, sólo consumirla sin ningún tipo de criterio. Se nos ofrece la misma información en diferentes medios hasta llegar a una saturación que dificulta distinguir lo importante de lo accesorio, las causas de los efectos.
Si comparamos el exceso de información que recibimos a diario sobre un mismo tema, podemos comprobar que en muchas ocasiones los medios no hacen otra cosa que decir más sobre lo mismo sin explicar o argumentar las causas o el origen real de un conflicto.
El educador del nuevo milenio debe ofrecer instrumentos a sus alumnos con el fin de que no se pierdan ante la avalancha de información que les ofrecen y desarrollar filtros ante la repetición de mensajes que terminan naturalizando y convirtiendo en “normal“ cualquier tipo de información o noticia.

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